Joshua Bell y el posicionamiento de marca

Son las 7.15 de la mañana en la estación de metro de L´ Enfant Plaza de Washington. Este es uno de los metros más concurridos del mundo, justo en la hora punta del día. Hablamos de millones de personas que corren por los pasillos para encaminar su viaje. En medio de todo ese bullicio, un hombre con un violín

Luce alrededor de unos 40 años, con unos pantalones vaqueros, una camiseta de manga larga y gorra de béisbol que tapa en cierta medida su rostro. Se encuentra en el lateral de uno de eso pasillos tan transitados. El individuo comienza a prepararse para una jornada más de la actividad que lleva realizando desde los 4 años, tocar el violín. Pero esta vez será diferente, toca cambio de escenario y de público. Saca su instrumento, comienza a afinarlo. Las primeras melodías hacen eco dentro del pasillo. No suena cualquier pieza, se oyen algunas de las grandes composiciones de la música clásica.

El violinista toca entorno a unos 43 minutos. En ese tramo de tiempo alrededor de 1100 personas pasan por delante de la música. Pocas llegan a percatarse de las melodías que sale del violín, menos aún se paran a escuchar, y ninguna reconoce al músico que interpretaba la música. Tan solo hubo una excepción, un hombre que se paró delante del músico y reconoció al artista. Este, aparentemente desconocido, era Joshua Bell, uno de los mejores violinistas del mundo.

Joshua Bell venía de dar un multitudinario concierto hacía tan solo tres días en el teatro Symphony Hall de Boston, en el que las entradas se agotaron a los pocos días de salir y en el que el precio más bajo para tener una localidad era de 100 dólares por persona. Durante los 43 minutos que estuvo interpretando las piezas, el artista recibió un total de 32 dólares entre las 1100 personas que pasaron por delante de él durante el tramo de tiempo que estuvo tocando.

Este fue el experimento social realizado por un periodista del Washington Post en 2017 con la ayuda del violinista. Entre el concierto que ofreció el artista en el teatro y el que se dio en el metro no hubo ninguna diferencia en cuanto a la música y la interpretación. El artista era el mismo, el violín utilizado, un instrumento valorado en 3,5 millones de euros, era exactamente el mismo utilizado en el teatro, las piezas que interpretó fueron las mismas que hacía tres días escucharon los asistentes al teatro. Si todo era exactamente igual, ¿por qué en el teatro el artista era aclamado por cientos de personas que llegaron a pagar cientos de dólares por un asiento, y sin embargo en el metro casi nadie se paraba a escucharlo?  Esta pregunta solo tiene una única respuesta: el posicionamiento y reconocimiento de marca.

¿Qué quiere decir esto? Las personas que fueron al Symphony Hall sabían de antemano a quién iban a escuchar, a uno de los mejores violinistas del mundo; dónde se iba a realizar el concierto, en una sala de conciertos considerada como una de las tres mejores del mundo. Todo ello justifica que las entradas para ese concierto se agotaran en cuanto salieron, el precio de los asientos también se justifica por el escenario y el artista al que se va a escuchar. En cambio, en el metro, siendo el mismo artista, el mismo violín y las mismas piezas, la gente no se para ni a escucharlo porque el artista no se identifica adecuadamente, por lo tanto, la gente no espera a un músico de esa envergadura. El escenario es otro de los factores influyentes. Los artistas que tocan en el metro no tienen ningún tipo de reconocimiento, este no es lugar para uno de los mejores violinistas del mundo. Todo esto se vio demostrado siete años después del experimento social. Joshua Bell volvería a tocar en el mismo metro y a la misma hora. Sin embargo, en esta ocasión se anunció previamente y la gente lo supo con varios días de antelación. Al concierto fueron cientos de personas, dejando el metro colapsado.

Por tanto, por muy bueno que sea el contenido o producto de una empresa, si la gente no lo nota o no lo reconoce, su producto pasará totalmente desapercibido. Si las empresas no se dan a conocer, no se promocionan, no se posicionan en los lugares correctos y en los momentos idóneos, los posibles clientes pasarán de largo sin prestar ningún tipo de atención. Sin embargo, si una empresa tiene una buena estrategia de comunicación para darse a conocer a los posibles clientes, contar todas las ventajas que ofrece la empresa, y hacerlo a través de los canales adecuados, los usuarios conocerán de antemano todos los beneficios que ese producto o servicio puede aportar a su vida y llegarán a comprarlo o utilizarlo. Solo aquellas empresas que valoren y trabajen el posicionamiento y reconocimiento de su marca podrá explotar todo su potencial.

Estos son dos conceptos muy ligados a uno de los elementos clave dentro de la comunicación: la fuente de información. En cualquier proceso de comunicación, la fuente de información adquiere una gran relevancia puesto que es de ahí de donde sale todos los datos. Una de las principales causas por las que Joshua Bell obtuvo un gran reconocimiento en el teatro y en el metro no consiguió la misma respuesta por parte de los allí presentes, es por dicha fuente. En el espectáculo multitudinario, la fuente de información fue el teatro. El hecho de que un artista toque en ese escenario ya lo convierte automáticamente en alguien que ofrece una cierta calidad de contenido puesto que el teatro es una fuente reservada solo para aquellos que son los mejores. De esta forma, la sociedad espera de cualquier artista que llegue a interpretar en ese teatro una cierta calidad de contenido. Sin embargo, si un artista realiza un espectáculo en el metro, la gente no espera que de ahí salga un contenido brillante, porque no es el escenario adecuado para ello.

Por eso es tan relevante la fuente de información; dependiendo de dónde salga el contenido, podrá tener un mayor alcance e impacto dentro del público al que llega. Esto está directamente relacionado con la importancia, para las empresas, de llegar a los medios de comunicación y que ellos se hagan eco de sus informaciones o contenidos con todos los beneficios que suponen para ellas. No es lo mismo que las informaciones sobre una empresa lleguen a través de los medios de comunicación o a través de la propia empresa. Los medios de comunicación siempre tendrán una mayor relevancia y un mayor alcance dentro de la sociedad.

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